Renee Gracie es una australiana que empezó a triunfar en el automovilismo pero luego de unos años, decidió dedicarse al entretenimiento para adultos. En una entrevista que dio al portal de noticias ‘Daily Telegraph’, la actriz afirmó que sus seguidores empezaron a insinuar que, gracias a su belleza, podría triunfar en la industria del porno.Acá le contamos quién es esta mujer y porqué tomó esa decisión.
En el año 2015, Gracie se convirtió en la primera mujer piloto de Australia de tiempo completo en competiciones de vehículos V8.
Se destacó en este deporte y en sus redes sociales compartía los momentos de cada competencia.
La mujer, de 25 años, contó que no se arrepiente de haberle dado un gran vuelco a su vida.Afirmó que, como actriz porno, gana más de 11 mil euros diarios (más de 40 millones de pesos) en la página para la cual trabaja.
En su cuenta de Instagram acumula más de 185 mil seguidores.
“El trabajo me ha puesto en una situación financiera que nunca podría haber soñado y realmente lo disfruto.Estoy ganando un buen dinero y estoy cómoda en este lugar", dijo.
La actriz se dio a conocer cuando participó en una carrera con la piloto suiza, Simona de Silverstro, en Bathurst, una ciudad de Australia.Gracie contó que tras participar en varias carreras y competencias, perdió su pasión por el deporte.Una de las razones, justamente, fue económica: según dijo, no recibía un sustento suficiente.
"Creanlo o no, mi papá lo sabe y lo apoya.Creo que se podría decir que mi papá está realmente orgulloso por la situación financiera en la que estoy y por lo que he hecho”, manifestó la actriz durante la entrevista.
Gracie empezó en la industria para adultos compartiendo fotos desnuda y, en vista de las considerables ganancias de dinero en tan poco tiempo, se inclinó por participar en videos.
La actriz contó que desligarse del automovilismo fue difícil pero se acostumbró: “Lo superé y me di cuenta de que no era lo suficientemente bueno (el deporte) y seguí adelante”, manifestó.
CM STUDIOS. Estudios webcam en Pereira y Cúcuta
Fuente: https://www.eltiempo.com/cultura